Una vida mas fantástica
Cuando un creador se enfrenta a la tarea de escribir los 4 Fantásticos tiene una dificultad extra frente al resto de personajes tan longevos como ellos y es que una serie con un pasado demasiado glorioso, me perdonen el adjetivo. Fue con ellos con los que nacio el concepto del nuevo superheroe y una nueva etapa, que aun no ha acabado de dar sus ultimos coletazos (a sus casi 50 años), de entender el tebeo popular americano, la era Marvel: la hegemonía del superheroe que lleva dominando el mercado norteamericano desde que este cuarteto debutó con su propio titulo (subtitulado La Revista Mas Grande Del Mundo, se puede observar que no se andaban con problemas de estima) allá por principios de los 60. Pero no es eso todo el merito existente en las andanzas de este cuarteto sino la etapa que sus creadores desarrollaron una vez asentaron las bases de lo que sería la serie y, quizas, se encontraron mas agusto en el propio titulo: una etapa que definió las reglas de un genero y que a la vez agotó todas las posibilidades de crecimiento de este, mostrandonos una autentico carrusel de fantasia e imaginación a raudales donde grandes conceptos de ciencia ficcion y personajes deslumbrantes desfilaban sin freno, numero a numero, mes tras mes, durante un largo tramo de la colección. Solo hay que apreciar que los autores que vinieron despues sometieron al cuarteto a culebrones interminables donde las aventuras eran derivativas de esta etapa y se limitaron a profundizar un poco mas en los conceptos mostrados en la epoca dorada de la colección. Eso no quiere decir que los numeros posteriores fueron malos tebeos, mas bien que vivieron a la sombra de aquellos tebeos gloriosos donde cada mes sucedia una historia aun mas interesante y desconcertante que en el anterior.
Mark Millar es un guionista ingles de segunda generación, por decirlo de alguna manera. Tras el desembarco efectuado a mediados de los 80 encabezado por Alan Moore y Neil Gaiman, las editoriales americanas vieron un verdadero filón de escritores de gran calidad que, con un poco de promoción y marketing, eran capaces de batir unos cuantos records de ventas. Mientras que Moore, Gaiman ó Grant Morrison rompian moldes por su propia concepción del medio en el que trabajaban, la segunda oleada de escritores ingleses, llegados a principios de los 90, se encontraron con la obligación de ser rompedores. Llegó el momento de recoger lo sembrado por sus antecesores: si eres ingles, eres un escritor reputadisimo de gran originalidad. Mark Millar es de los recolectores que mejor ha sabido venderse y que, quizas consciente de sus propias limitaciones, ha encontrado una voz propia y una reputación muy alejada de sus ilustres paisanos.
Para empezar, Millar es un escritor de genero. No solamente sus tebeos de superheroes cuentan siempre con un gran exito de publico y, en menor medida, critica sino que las contadas veces que se ha intentado alejar del tema, ha fracasado estrepitosamente. Solo hay que ver su trabajo en la linea que ha dado de comer y ha catapultado a la fama a sus congéneres, la linea Vertigo, es escaso y muy poco aplaudido. Pero quizas la mejor prueba de esto es que sus trabajos de mayor exito fuera de franquicias son tambien de superheroes (al contrario que otros de su "generacion" como Ennis y Ellis que ganaron su fama de buenos guionistas en trabajos tan fuera de ese genero como Predicador y Transmetropolitan, respectivamente).
Segundo, Millar es un escritor de blockbusters. Si Millar lo escribe, esperate ventas gigantescas y espectacularidad al nivel de dichas ventas. No hay mas que ver el trabajo que puso a Millar en el mapa, The Ultimates. Un tebeo que parecia el storyboard de una de estas pelis que tan de moda han estado en esta decada sobre supertipos y que, al menos para mi, dejó una impresion intachable de lo que puede llegar a ser un tebeo de superheroes hecho con ganas e ilusión a estas alturas de la historia. Mas adelante, sin llegar a las cotas de calidad alcanzadas en dicha serie, el guionista ha demostrado que escribe sus historias para dar que hablar a los lectores y que sabe aprovechar el ilimitado potencial para el espectaculo que el medio puede llegar a alcanzar. Vamos, que si quieres leer una historia de interioridades, leete uno de Adrian Tomine.
Y con este bagaje y en la propia idiosincrasia del titulo en cuestión, llegó el británico al titulo madre de Marvel, muy bien acompañado, al menos desde el punto de vista del marketing, por su compinche en The Ultimates, Bryan Hitch. Aqui nos encontramos la ambición del escritor por no desmerecer del pasado de la serie y para ello, y como es habitual en él, sin demasiado pudor, se centra en el lado mas sci-fi del titulo, característica muy desarrollada en la epoca dorada pero muy poco retomada, quizas por no caer en odiosas comparaciones, a lo largo de la trayectoria del titulo. Una iniciativa muy de agradecer ya que, en mi opinion, es un rasgo que diferencia bastante a los 4 Fantasticos del resto de supergrupos que les rodean. Pero Millar es humano y tambien ha tenido que escribir su historia del Dr. Muerte, como todo guionista que pasa por la serie, no se ha podido resistir a jugar con el juguete mas goloso de la misma. Eso si, al modo Millar, sus pretesiones de escribir la quintaesencia de algo le han podido y no es que nos escriba la repera de las historias del Dr. Muerte, es que, bueno, en fin, no les quiero reventar puntos importantes del argumento. Digamoslo asi: la humildad no entra dentro de las virtudes de este hombre.
En cuanto a Bryan Hitch decir que las fechas de entrega le han hecho mella. La publicidad de ver al equipo de The Ultimates fue un arma de doble filo. Por un lado, la gente se espera otra obra rompedora de la que estar hablando por los siglos de los siglos pero por otro, todavia nos acordabamos de las tardanzas entre numero y numero de la segunda parte de aquella serie. ¿Estariamos 6 o 7 meses esperando entre numero y numero de los 4F? Los muy avispados prometieron que cumplirian y que todos los meses habria un numero nuevo en los estantes de las librerias y aunque no se consiguió el objetivo tampoco sucedió un desastre como el del ultimo capitulo de Ultimates 2. Que menos que felicitarles por ello. No obstante, el arte de Hytch se ha visto resentido. Hay numeros, en los que personalmente, me han dolido los ojos mirando segun que viñetas por sus vagos acabados y la premura y el cansancio que se puede deducir de ellos. Aun asi, el dibujante tiene un nivel de calidad y, aun con prisas, eso le situa todavia por encima de la media.
En conjunto ambos realizan aqui un tebeo de superheroes de lo mas entretenido que yo he seguido con interes y que cierran un broche de lo mas majete pero si la intención de Millar era crear una etapa inolvidable o a mi me pilla en una edad poco impresionable o no lo ha conseguido.
PD.: Tambien Millar intenta explorar las personalidades de los personajes y excepto el numero dedicado a Mr. Fantastico, que le quedo muy majete, el resto de visiones que ofrece sobre el resto del cuarteto caen desde lo mánido (la Antorcha Humana, la estrella rockera del superheroismo) a lo insipido (La Cosa enamorado otra vez) sin mencionar lo tocante a la Mujer Invisible, que no queda muy claro si es tonta del culo o una maruja con superpoderes. Seguro que John Byrne esta que trina, jajajajaja.
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