lunes, 4 de julio de 2016

The Names by MIlligan y Fernandez



The Names, serie de 9 números escrita por Peter Milligan y Leandro Fernandez.


Es del bien nacido, saber que Peter Milligan es un desobediente. Si escribe superhéroes, tienen que ser lo peor. Si se mete en fregados existencialistas, tiene que ser sucio que te cagas y atacar en momentos precisos sin ambigüedades y  florituras. No voy a decir que sea mi guionista favorito (ese puesto se lo guardo a Alan Moore, por mucho que la gente predique que chochea y molesta (¡bien por él!)) pero Milligan se encuentra en una posición donde lo que hace importa y deja de importar al mismo tiempo. ¿Qué quiero decir? ¡A mi que me cuentas! Buscate tu propia opinión. Es un gran paso para ti.

The Names es una maxi-serie (¿se me nota mucho la edad?) donde el guionista mete las zarpas en el opaco e indescifrable mundo de las finanzas. Siguiendo un tópico conspiranoico muy manido, está controlado por una élite de mandamases superchungos que hacen y deshacen, matan y elevan a lo más alto a la gente que más le interesa. Ya noto como vuestras mandíbulas se relajan y se propicia el bostezo en vuestros rasgos faciales. Si esto es asi, no es por nada, pero sois unos cuchicuchis de la crïtica socio-economica (como diría Betty Marmol al Pablo de sus amores). Yo soy mas como Bang-Bang que le da con el palo a lo que sea, excepto a Peebles que es el amor de sus amores, y me parece que esta lectura, manida sí pero no falta de razones, sirve para entender las mierdangas sin sentido que nos pasan a nivel macro-económico. No digo que haya gente que lo sepa y deje que pase por interés, sino gente que lo intuye y no sabe que hacer para que no pase. Un caos a nivel global donde über cirujanos económicos meten el bisturí y cosen donde pueden para que todo llegue al termino donde salgan ellos más beneficiados.

La puta basura es que en este tebeo nos encontramos una viuda joven, una supuesta cazafortunas que intenta aclarar la muerte de su supuesto marido por conveniencia y se une a su hijastro, un tio superinteligente y que no para de pelársela con fotos de ella, que, encima , la odia por considerarla lo que hemos dicho antes, una cazafortunas sin ética ni nada. Juntos descubren que nada es lo que parece y que las conspiraciones descubren mas misterios y refutan mas mentiras de lo que pareciera o pareciese (siempre me ha encanta usar esta figura).


Gracias a Leandro Fernandez he descubierto que no todos los Leandros son niños obesos sin cuello que suspenden todas las asignaturas. También pueden ser dibujantes cuya capacidad de estilizar su manera de ver el mundo y el uso de la luz y las sombras y el movimiento, te deja clavado en el asiento de lectura. Fernandez y Milligan rompen la pana en un thriller que puede que no cambien tu vida pero para eso estas tú, que eres el que la tienes que cambiar, so vago.

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